
La Masonería Femenina y sus Aportes al Desarrollo de los Pueblos
El desarrollo como libertad es uno de los conceptos más modernos aplicados a la superación de la pobreza de los pueblos. Para que exista el desarrollo debe haber libertad de movimientos en el entorno, y libertad de movimientos se entiende como la capacidad que tiene una persona o una comunidad, de escoger cual es el camino a seguir que se le antoje, sin tener ningún tipo de trabas.
Si por ejemplo una persona es trabajadora del campo, porque así lo quiso, se levanta todos los días a las 4:00 de la madrugada a trabajar la tierra con agrado, cría animales y produce sus propios alimentos, entonces esta persona es libre y por lo tanto recorre el camino del desarrollo, claro está siempre y cuando tenga sus necesidades básicas satisfechas. Pero si encontramos a otra persona, un oficinista, que realiza sus actividades por obligación, porque no tiene otro camino, porque su entorno no le ofrece otra cosa, preferiría estar haciendo algo más, y lo peor, esta persona hace estas cosas sin ilusión, sin alegría, las hace porque no tiene la capacidad de escoger, entonces esta persona no es libre y por lo tanto no está haciendo ejercicio del legítimo derecho al desarrollo.
La pobreza entonces y la falta de oportunidades (económicas, sociales, humanas) son los principales obstáculos en el ejercicio de la libertad de una persona. Para que exista el desarrollo es necesario que los seres humanos sean libres de escoger.
Libertad para hacer cosas y libertad para no hacerlas, esta última de las menos estudiadas y a mi parecer de las más importantes.

Amartya Sen es uno de los grandes exponentes del concepto de la libertad como desarrollo. Pues bien, esa libertad y en general la libertad, ha sido asociada durante la historia de la humanidad a los hombres, son ellos los que la han ejercido con la naturalidad de la evolución social, una evolución artificial.
A Amartya Sen se le conoce por sus trabajos sobre las hambrunas, la teoría del desarrollo humano, la economía del bienestar y los mecanismos subyacentes de la pobreza. A finales de la década de los 60 y principios de los 70, los escritos de Sen ayudaron a definir el campo de la Teoría de la elección pública, donde pone en cuestión el utilitarismo dominante y propone integrar «bienes» como la libertad y la justicia en el cálculo del desarrollo.

La obra más reconocida de Amartya Sen es su ensayo “Pobreza y hambruna: Un ensayo sobre el derecho y la privación” de 1981, en el cual demostró que el hambre no es consecuencia de la falta de alimentos, sino de desigualdades en los mecanismos de distribución de alimentos. Aparte de su investigación sobre las causas de las hambrunas, su trabajo en el campo del desarrollo económico ha tenido mucha influencia en la formulación del índice de desarrollo humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Años antes a Sen, hubo una mujer adelantada a su tiempo, librepensadora del siglo XVIII, es decir, una mujer excepcional, María Deraismes, quien dijo que la educación era la principal arma de nosotras las mujeres, habló de la rigurosidad de la ciencia, como gran herramienta para derribar falsas creencias, mitos, y sobre todo religiones acusadoras. “El poder se ha empeñado en rebajar a la mujer y tan sólo ha logrado rebajarse a sí mismo”, decía María.
Deraismes pensaba en las mujeres de su tiempo y en las del futuro. Si María se pudiera sentar a hablar con Amartya y tomarse un café, seguramente para ella sería un triunfo poder hablar de estos temas de manera tan normal, como lo hacemos algunas mujeres hoy día y que tenemos el privilegio de hacerlo, aunque sea conseguido a pulso, (privilegio es privilegio), y seguramente concluirían estos dos librepensadores, que las mujeres siguen siendo los sujetos de la sociedad que menos libertad tienen.
Gracias a Maria Deraismes y a los que se asociaron en su favor, las mujeres podemos entrar en los augustos misterios de la masonería, pues ella en 1893 fue cofundadora junto con George Martin de Le Droit Humain, la primera Obediencia Masónica Mixta.

Nos cuenta la historia que en Le Pecq, una pequeña ciudad de Francia, el 14 de enero de 1882 la logia Los Libre Pensadores inició a la querida hermana María Deraismes, iniciación que fue condenada por todas las obediencias. Fue la primera mujer en la historia, de manera oficial, en ser recibida en una orden masónica y con el mismo ritual que se practicó durante las iniciaciones masculinas. Todo un sacrilegio, el escándalo de la época… La logia “Los Libre pensadores” por supuesto fue suspendida de su obediencia (Gran Logia Simbólica Escocesa) haciendo que la querida hermana María Deraismes se distanciara de la Logia y sus trabajos en el taller. Una obrera había abandonado la construcción…por primera vez…
Pasaron 11 años, siendo el 4 de abril de 1893, cuando la querida hermana María Deraismes con la ayuda de Georges Martin, que la había apoyado en su ingreso a la masonería, crearon en París la primera Logia Mixta, dando origen a lo que más adelante se conocería como la Orden Masónica Mixta Internacional del Derecho Humano.
La orden del Derecho Humano tiene tres características fundamentales:
• Es una Orden de Masonería mixta donde hombres y mujeres trabajan juntos en perfecta igualdad y armonía
• Es la única Orden masónica internacional
• Es una Orden de iniciación que funciona desde el Primer grado hasta el 33º grado.
Los masones de la Orden Masónica Mixta Internacional LE DROIT HUMAIN comenzaron entonces a trabajar en la promoción de la absoluta libertad de conciencia, la tolerancia y la armonía, en una sociedad fraternalmente unida sin distinción de origen étnico, social, filosófico o religioso. En este sentido, se comparten plenamente los postulados de Amartya Sen: libertad para que haya desarrollo.
Y es que, en el desarrollo, la mujer cumple un papel fundamental. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por los dirigentes de 193 países en 2015, hizo de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, uno de los aspectos más importantes de la carta, incorporando una hoja de ruta para lograrlos, buscando el desarrollo sostenible de los pueblos. La igualdad de género es transversal a cada uno de los 17 ODS.
Garantizar los derechos de las mujeres y las niñas por medio del cumplimiento de todos estos objetivos, es la única manera para lograr el desarrollo de los pueblos. Es por esto que el objetivo de desarrollo sostenible No. 5 es Igualdad de Género.
De acuerdo con Naciones Unidas. “Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen. Según estudios efectuados en países de la OCDE y en algunos países no miembros, el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo —o una reducción de la disparidad entre la participación de mujeres y hombres en la fuerza laboral— produce un crecimiento económico más rápido”… “Datos empíricos procedentes de diversos países muestran que incrementar la proporción de los ingresos del hogar controlados por las mujeres, procedentes de lo que ganan ellas mismas o de transferencias de dinero, modifica los patrones de gasto en formas que benefician a hijas e hijos” por dar solo dos ejemplos.
La masonería femenina es entonces uno de los caminos que las mujeres hemos ido abriendo hacia la libertad, en el trasegar de nuestros andares, limpiando de impurezas las vías que recorremos casi que de manera permanente, porque si ha habido en la historia de la humanidad un camino lleno de obstáculos, es el de las mujeres, tanto así, que en pleno año 2025, muchas logias no reconocen a la mujer en la masonería y se espantan al verlas con sus arreos, trabajando arduamente en los talleres, osando pronunciar palabras sagradas…
A las primeras mujeres masonas les debemos todos eterno agradecimiento, por ser pioneras en la lucha por los derechos de las mujeres y la búsqueda de la libertad y el desarrollo de los pueblos del mundo.
Es mi palabra.
Margarita ROJAS BLANCO
Women's Freemasonry and its Contributions to the Development of Peoples
Development as freedom is one of the most modern concepts applied to overcoming poverty among nations. For development to exist, there must be freedom of movement within the environment, and freedom of movement is understood as the ability of an individual or a community to choose their own path without any kind of obstacles.
For example, if a person chooses to be a farmer, wakes up every day at 4:00 AM to work the land with satisfaction, raises animals, and produces their own food, then this person is free and, therefore, on the path of development—provided, of course, that their basic needs are met. However, if another person, an office worker, carries out their tasks out of obligation, because they have no other choice, because their environment offers no alternatives, and they would rather be doing something else—but, worse still, they perform these tasks without joy or motivation, simply because they lack the ability to choose—then this person is not free and, therefore, is not exercising their legitimate right to development.
Thus, poverty and the lack of opportunities (economic, social, and human) are the main obstacles to a person's exercise of freedom. For development to exist, human beings must be free to choose.
Freedom to act and freedom not to act—this latter being one of the least studied but, in my opinion, one of the most important.
Amartya Sen is one of the great exponents of the concept of freedom as development. That very freedom—and freedom in general—has historically been associated with men, who have exercised it as a natural part of social evolution—an artificial evolution.
Amartya Sen is known for his work on famines, human development theory, welfare economics, and the underlying mechanisms of poverty. In the late 1960s and early 1970s, Sen's writings helped define the field of public choice theory, challenging dominant utilitarianism and proposing the integration of “goods” such as freedom and justice into development calculations.
Sen's most renowned work is his 1981 essay Poverty and Famines: An Essay on Entitlement and Deprivation, in which he demonstrated that hunger is not caused by a lack of food, but rather by inequalities in food distribution mechanisms. Beyond his research on the causes of famines, his work in economic development has had a significant influence on the formulation of the Human Development Index (HDI) by the United Nations Development Programme (UNDP).
Years before Sen, there was a woman ahead of her time—a free thinker of the 18th century, an exceptional woman: Maria Deraismes. She argued that education was the most powerful weapon for women, emphasized the rigor of science as a great tool to dismantle false beliefs, myths, and above all, accusatory religions. “Power has sought to degrade women and has only managed to degrade itself,” said Maria.
Deraismes thought not only of the women of her time but also of those in the future. If Maria could sit down for coffee with Amartya Sen, she would surely consider it a triumph to be able to discuss these topics so naturally, as some women today are privileged to do—though that privilege has been hard-won. And surely, these two free thinkers would conclude that women remain the segment of society with the least freedom.
Thanks to Maria Deraismes and those who supported her, women can now enter the august mysteries of Freemasonry. In 1893, she co-founded Le Droit Humain, the first Mixed Masonic Obedience, alongside George Martin.
History tells us that on January 14, 1882, in Le Pecq, a small town in France, the Freethinkers Lodge initiated the esteemed sister Maria Deraismes—an initiation condemned by all Masonic obediences. She was the first woman in history, officially received into a Masonic order using the same ritual practiced in male initiations. It was a scandalous sacrilege at the time. The Freethinkers Lodge was consequently suspended from its obedience (the Grand Symbolic Scottish Lodge), forcing Deraismes to distance herself from the lodge and its work. A female worker had abandoned the construction... for the first time.
Eleven years later, on April 4, 1893, Maria Deraismes, with the help of Georges Martin—who had supported her admission into Freemasonry—created the first Mixed Lodge in Paris. This was the beginning of what would later become known as the International Mixed Masonic Order of Le Droit Humain.
The Order of Le Droit Humain has three fundamental characteristics:
• It is a Mixed Masonic Order where men and women work together in perfect equality and harmony.
• It is the only international Masonic Order.
• It is an initiatory Order that operates from the First Degree to the 33rd Degree.
The Freemasons of the International Mixed Masonic Order Le Droit Humain began working towards absolute freedom of conscience, tolerance, and harmony in a fraternally united society without distinction of ethnic, social, philosophical, or religious origin. In this regard, they fully embraced the principles of Amartya Sen: freedom as a prerequisite for development.
Women play a fundamental role in development. The 2030 Agenda for Sustainable Development and its 17 Sustainable Development Goals (SDGs), adopted by the leaders of 193 countries in 2015, made gender equality and women’s empowerment one of the most important aspects of the charter, incorporating a roadmap to achieve them, ensuring sustainable development for all nations. Gender equality is a cross-cutting theme in each of the 17 SDGs.
Ensuring women’s and girls’ rights through the fulfillment of all these objectives is the only way to achieve true development. That is why Sustainable Development Goal No. 5 is Gender Equality.
According to the United Nations:
“When the number of employed women increases, economies grow. Studies conducted in OECD countries and some non-member countries show that increasing women's participation in the workforce—or reducing the disparity between men's and women's labor participation—leads to faster economic growth.”
“Empirical data from various countries indicate that increasing the proportion of household income controlled by women—whether from their own earnings or monetary transfers—changes spending patterns in ways that benefit children.”
Masonic feminism is thus one of the paths that women have carved toward freedom, continuously clearing obstacles along the way. If there has ever been a path in human history filled with challenges, it is that of women. So much so that even in 2025, many lodges still do not recognize women in Freemasonry and are appalled to see them in full regalia, working diligently in the lodges, daring to utter sacred words.
To the first female Freemasons, we owe eternal gratitude for pioneering the fight for women's rights and the pursuit of freedom and the development of all peoples.
This is my word.
Margarita ROJAS BLANCO
La Franc-Maçonnerie Féminine et ses Contributions au Développement des Peuples
Le développement en tant que liberté est l’un des concepts les plus modernes appliqués à la lutte contre la pauvreté des peuples. Pour qu’il y ait développement, il doit y avoir une liberté de mouvement dans l’environnement. La liberté de mouvement est comprise comme la capacité d’une personne ou d’une communauté à choisir son propre chemin sans rencontrer d’obstacles.
Si, par exemple, une personne décide de travailler la terre, se lève chaque jour à 4h du matin avec plaisir pour cultiver la terre, élever des animaux et produire sa propre nourriture, alors cette personne est libre et suit donc le chemin du développement, à condition, bien sûr, que ses besoins fondamentaux soient satisfaits. En revanche, si une autre personne, un employé de bureau, accomplit ses tâches par obligation, faute d’alternative, dans un environnement qui ne lui offre pas d’autres options, préférerait faire autre chose et, pire encore, exécute ces tâches sans enthousiasme ni joie, simplement parce qu’il ne peut pas choisir, alors cette personne n’est pas libre et n’exerce donc pas son droit légitime au développement.
Ainsi, la pauvreté et le manque d’opportunités (économiques, sociales et humaines) sont les principaux obstacles à l’exercice de la liberté d’une personne. Pour qu’il y ait développement, les êtres humains doivent être libres de choisir.
La liberté de faire des choses et la liberté de ne pas les faire—cette dernière étant l’une des moins étudiées mais, à mon avis, l’une des plus importantes.
Amartya Sen est l’un des grands penseurs du concept de la liberté comme fondement du développement. Or, cette liberté, et la liberté en général, a historiquement été associée aux hommes, qui l’ont exercée naturellement dans le cadre de l’évolution sociale—une évolution pourtant artificielle.
Amartya Sen est connu pour ses travaux sur les famines, la théorie du développement humain, l’économie du bien-être et les mécanismes sous-jacents de la pauvreté. À la fin des années 1960 et au début des années 1970, ses écrits ont contribué à définir le domaine de la théorie du choix public, remettant en question l’utilitarisme dominant et proposant d’intégrer des notions telles que la liberté et la justice dans les calculs du développement.
Son ouvrage le plus célèbre, Poverty and Famines: An Essay on Entitlement and Deprivation (1981), démontre que la faim ne résulte pas d’un manque de nourriture, mais des inégalités dans les mécanismes de distribution des denrées alimentaires. Outre ses recherches sur les causes des famines, ses travaux en économie du développement ont largement influencé la formulation de l’Indice de Développement Humain (IDH) du Programme des Nations Unies pour le Développement (PNUD).
Bien avant Sen, une femme en avance sur son temps—une libre penseuse du XVIIIe siècle—s’est illustrée : Maria Deraismes. Femme exceptionnelle, elle affirmait que l’éducation était l’arme la plus puissante pour les femmes et prônait la rigueur scientifique comme un outil fondamental pour démystifier les croyances erronées, les mythes et, surtout, les religions oppressives. « Le pouvoir s’est acharné à abaisser la femme, mais il n’a réussi qu’à s’abaisser lui-même », disait Maria.
Deraismes pensait aux femmes de son époque et à celles de l’avenir. Si Maria pouvait s’asseoir avec Amartya Sen autour d’un café, elle considérerait sans doute comme une victoire de pouvoir discuter librement de ces sujets, comme le font aujourd’hui certaines femmes qui ont eu le privilège de conquérir ce droit—un privilège arraché de haute lutte. Et sans doute ces deux penseurs libres concluraient-ils que les femmes restent encore aujourd’hui le groupe social jouissant du moins de liberté.
Grâce à Maria Deraismes et à ceux qui l’ont soutenue, les femmes peuvent désormais accéder aux augustes mystères de la franc-maçonnerie. En 1893, elle cofonda Le Droit Humain, la première obédience maçonnique mixte, avec Georges Martin.
L’histoire raconte que le 14 janvier 1882, dans la petite ville de Le Pecq (France), la loge Les Libres Penseurs initia la sœur Maria Deraismes. Cette initiation fut condamnée par toutes les obédiences maçonniques. Elle fut la première femme de l’histoire, reçue officiellement dans une loge maçonnique avec le même rituel que celui pratiqué pour les hommes. Ce fut un véritable sacrilège, un scandale à l’époque. La loge Les Libres Penseurs fut suspendue par son obédience (la Grande Loge Symbolique Écossaise), ce qui força Maria Deraismes à s’éloigner des travaux maçonniques. Une femme venait d’abandonner l’ouvrage… pour la première fois.
Onze ans plus tard, le 4 avril 1893, avec le soutien de Georges Martin, Maria Deraismes fonda à Paris la première loge mixte, donnant naissance à ce qui deviendrait plus tard L’Ordre Maçonnique Mixte International du Droit Humain.
L’Ordre du Droit Humain repose sur trois principes fondamentaux :
• C’est une obédience maçonnique mixte où hommes et femmes travaillent ensemble en parfaite égalité et harmonie.
• C’est la seule obédience maçonnique véritablement internationale.
• C’est un ordre initiatique fonctionnant du 1er au 33e degré.
Les francs-maçons du Droit Humain ont ainsi commencé à œuvrer pour la liberté absolue de conscience, la tolérance et l’harmonie, dans une société fraternelle sans distinction d’origine ethnique, sociale, philosophique ou religieuse. Dans cette perspective, ils partageaient pleinement les principes d’Amartya Sen : pas de développement sans liberté.
Le rôle des femmes dans le développement est fondamental. L’Agenda 2030 pour le Développement Durable et ses 17 Objectifs de Développement Durable (ODD), adoptés en 2015 par les dirigeants de 193 pays, ont fait de l’égalité des sexes et de l’autonomisation des femmes un axe central. Chaque ODD intègre cette dimension pour assurer un développement réellement durable.
Garantir les droits des femmes et des filles en appliquant ces objectifs est la seule façon d’assurer le développement des peuples. C’est pourquoi l’ODD n°5 est consacré à l’égalité des sexes.
Selon les Nations Unies :
« Lorsque le nombre de femmes actives augmente, les économies se développent. Les études menées dans les pays de l’OCDE et certains pays non membres montrent qu’une augmentation de la participation des femmes au marché du travail—ou une réduction de l’écart entre la participation des hommes et des femmes—favorise une croissance économique plus rapide. »
« Des données empiriques issues de divers pays montrent que l’augmentation de la proportion des revenus ménagers contrôlés par les femmes, qu’ils proviennent de leur travail ou de transferts financiers, modifie les modèles de consommation de manière bénéfique pour les enfants. »
La franc-maçonnerie féminine représente ainsi l’un des chemins que les femmes ont emprunté pour conquérir leur liberté, en déblayant inlassablement les obstacles de leur route. Car s’il est un chemin semé d’embûches dans l’histoire de l’humanité, c’est bien celui des femmes. Même en 2025, de nombreuses loges refusent encore de reconnaître les femmes en franc-maçonnerie et s’effarouchent à l’idée de les voir en tablier, œuvrant dans les ateliers et osant prononcer des mots sacrés…
Nous devons une reconnaissance éternelle aux premières sœurs maçonnes, pionnières du combat pour les droits des femmes, la liberté et le développement des peuples.
Ceci est ma parole.
Margarita ROJAS BLANCO
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